¿A quién va dirigido?

Los beneficiarios de estos programas pueden ser residentes de la 3ª edad, niños huérfanos o con familias desestructuradas, niños que han sufrido abusos, niños discapacitados físicos o psíquicos o con necesidades especiales, mujeres maltratadas… tanto niños como adultos y ancianos reciben a diario los beneficios de esta metodología terapéutica, pues no existen límites de edad. Cabe destacar que deben abstenerse las personas que presenten una alergia diagnosticada a los perros.
Cualquier población que reciba un tratamiento psicologico tanto a nivel mental como emocional, handicaps a nivel mental o físico, dificultades de adaptación, ansiedad, depresión, discapacidad mental o física, baja autoestima, inseguridad, déficit de atención, hiperactividad, problemas de socialización, que hayan sufrido alguna forma de maltrato o abuso, pueden utilizar como herramienta la Terapia Asistida con Animales.


Estadísticas realizadas en Estados Unidos muestran que quienes reciben la Terapia Asistida con Animales realizan menos consultas médicas, consumen menos medicamentos y necesitan menor tiempo de ingreso, disminuyendo así los costos del sistema de salud pública.
Es fundamental que los profesionales en el campo de la  salud, la educación, o las terapias que deseen implantarla conozcan las posibilidades y/o limitaciones de esta actividad.