Más tarde he comprobado que existe en otros países como raza híbrida y que se conoce como "Gollie". Siempre digo que un perro de terapia no tiene que hacer nada en especial pero sí ser muy especial y ese es el criterio que he aplicado a la hora de seleccionarla.
Hoy puedo decir que mi intuición fue correcta pues Enya es una perrita activa a la que le encanta la gente y tiene gran curiosidad por todo lo que le rodea. Tiene mucha energía que equilibramos con ejercicio (adaptado a su capacidad) y estimulación mental. Al mismo tiempo es tranquila y, como buen cachorro, pasa horas dormitando, eso sí, cuando se despierta...
Aprende todo a la primera (lo bueno y lo malo) y su comportamiento es tan ejemplar que a veces dudas de que sea un cachorro. Desde que llegó a casa no ha tenido ningún "escape" decidiendo por ella misma subir unas cuantas escaleras para acceder al exterior, y sólo tenía dos mesecitos! Durante la noche sale a "aliviarse" y vuelve a entrar para seguir durmiendo hasta que se inicia la actividad en casa.
Ahora tiene cuatro meses y medio, la estamos socializando y preparando sutilmente para lo que va a ser su trabajo, la hemos llevado a un par de sesiones para que tenga contacto con los residentes y ha sido un éxito por ambas partes. Enya dudó al principio por enfrentarse por primera vez a un suelo brillante, pero enseguida lo superó.
Y sobre nuestros queridos abuelos ¿qué decir? por desgracia no todos, pero algunos de ellos se acuerdan perfectamente de su nombre, de que era un cachorrito y hasta describen las manchas blancas en sus patitas y en el pecho!
Tengo que dar las gracias a Paula y María por criar a esta preciosidad y a sus hermanos, nunca estaré suficientemente agradecida. También a Mónica Corchado por ayudarme en su cuidado y socialización y dejar sus conocimientos impresos en la pequeña Enya. Gracias a todas!!
Os dejo algunas imágenes para que veáis su evolución.
Una imagen preciosa ¿quieres jugar?
En Lugo, en casa de sus criadoras Paula y María con 1,5 meses
Ya en casa con 2,5 meses
3,5 meses.
Las siguientes tres fotografías corresponden a su primera sesión en el centro.
Parece que Enya ha nacido para esto!
Segunda sesión, en otro de los centros.
Completada con éxito su primera exposición a lo que en un futuro será su trabajo.
Pronto llevaremos a Enya a alguna sesión más e iremos aumentando gradualmente. Por el momento continuamos con su socialización, permitiendo que sea perro antes que "perro-terapeuta"! Sólo así tendremos garantía de que cumpla con su cometido de ayudar a las personas sin riesgo de incidir en su equilibrio psicológico y, ante todo, respetando su espíritu.